A mediados del siglo XX donde finalizaba el municipio de Madrid, a la vera del arroyo Abroñigal, entre éste y el Canalillo, en el barrio de la Guindalera, distrito de Salamanca, había unas grandes huertas dedicadas a la flor, hortalizas y árboles frutales. Aquí se construyó uno de los barrios que actualmente se sitúa prácticamente en el centro de Madrid. El barrio se ha consolidado a lo largo del tiempo como uno de los lugares mas tranquilos de la ciudad, sin necesidad de irse a las afueras para encontrar un lugar apacible donde vivir. Además esta situado a escasos metros de la plaza de toros de Las Ventas.

El barrio cuenta con todo tipo de servicios como bares, restaurantes, supermercados, farmacias, comercios, etc. Dispone de colegios de categoría, paradas de bus, taxi y metro, lo que hace de la zona una de las mejores para vivir dentro de la M-30.